Esta actividad no tendrá lugar durante la edición correspondiente a 2012
Denominación: Pasarela de Trajes de Flamenca y Complementos de la Comarca de Doñana
♦ ANTECEDENTES
Aunque ya se habían celebrado otras pasarelas de artesanía en el municipio, fue en 2008 cuando se decidió incluir el arte del bordado y del traje de flamenca en este fin de semana de las tradiciones. En esta ocasión se organizó un concurso de mantones y piezas bordadas con la intención de premiar los ejemplares que en cualquier hogar manriqueño se pueden encontrar.
Debido al éxito de esta edición en 2009 se decide organizar la pasarela “Artesanía a través del
tiempo” en la que las diferentes artesanas del municipio mostrarán sus productos, contando con la colaboración de profesionales de la peluquería y la estética. Cada uno de los pases estaba ambientado en una época histórica y tenía su propia coreografía.
En la última edición celebrada se ofertó la posibilidad de participar en la pasarela a otras artesanas que exponían sus productos en la Carpa de la Feria de Artesanía y Tradiciones del Entorno deDoñana, lo cual significó un gran logro tanto en afluencia como en participación.
Es a partir de este momento cuando desde esta Entidad Local se plantea la posibilidad de organizar una Pasarela Artesanía Comarcal de Doñana, ya que es bien conocido que en este territorio se suceden todo un abanico de arte y maestría en el hilo y el bordado, en el color y la textura y en el diseño y la personalidad.
El origen de la artesanía del bordado es siempre el Oriente.
Su cuna es China.
Su cartel: Filipinas.
Su ruta comercial primitiva: Manila (Filipinas), Veracruz(México) y Sevilla.
España era ya en la época romana un país productor de tejido. Las sedas y las gasas se exportaron desde la Córdoba musulmana a numerosos lugares. Sevilla se encuentra también entre las principales ciudades en donde se fabrica el tejido. En el siglo XIII la industria sedera sevillana decayó.... pero, tras el descubrimiento de América, llega a Sevilla desde Manila El mantón bordado, a través de la ruta comercial de Veracruz.
Su artesanía la han conservado hasta nuestros días las bordadoras de Sevilla y su comarca del Aljarafe. Y entre sus pueblos Villamanrique de la Condesa es cuna del bordado por su antigua tradición, por su estilo y la combinación de los tonos y colores.
Como pueblo de raíces campesinas, la artesanía local está vinculada a las tareas del campo que realizaban los hombres mientras las mujeres, alternaban las tareas de la casa con el bordado a mano. Hubo en Villamanrique sombrereros de prestigio, canasteras de mimbre y olivo, trabajos de eneas, etc; pero en la actualidad, uno de los pilares básicos de este municipio encuentra su subsistencia en el mundo de los artesanos: las maestras y bordadoras de los mantones de Manila.
La artesana manriqueña se ha destacado siempre no sólo por la maestría y limpieza que sabe dar a las formas del dibujo sino por la exquisita combinación de colores que da el realce y las sombras a las rosas, pájaros y demás elementos del diseño.
Pasamos ahora al traje de flamenca, su antigüedad se remonta a la costumbre decimonónica de la mujer sevillana, a los primeros tiempos de la feria de Sevilla, donde acudían desde 1847 a la feria de ganado, las mujeres de los tratantes o comerciantes, muchas de etnia gitana y también campesinas que acompañaban a sus maridos y trasladaban la casa provisionalmente, con lonetas y el anafe incluidos, germen de las casetas actuales. De ahí que indistintamente se le conozcca como traje de flamenca o de gitana.
Ellas vestían las cómodas batas de faena con su delantal, a las que se les añadía dos o tres volantes que con el transcurrir de los tiempos se fueron convirtiendo en moda que, además de la comodidad que aportaban, realzaban el cuerpo femenino dándole un toque de sensualidad que no conseguían con otras ropas, y ellos el traje corto campero.
Como el ocio hizo sucumbir al negocio y la feria perdió su apellido "de ganado", lo festivo engalanó aquella primigenia bata, obteniendo incluso el plácet de las señoras de alta alcurnia en la Exposición Iberoamericana de 1929. La profesionalización del flamenco actuó, por las mismas fechas, de forma paralela en la consagración de la vestimenta tradicional andaluza como vestuario propio del escenario.
Con el tiempo, aquella bata que comenzó siendo una prenda de cuerpo amplio, pasó a ser el "traje de feria" para grandes y pequeñas, familias acomodadas y humildes, no había distinción de clases ni edad, y su evolución ha sido paralela con el resto de diseños que se actualizaban con cada época.
Sevilla, como Andalucía, respira mestizaje. Su historia tradicional se funde con culturas llegadas desde lejanas civilizaciones. Y lo impregna todo, dejándose ver entre las telas y volantes. Este hecho llamó tanto la atención que las distintas clases de alta cuna comenzaron a copiar la indumentaria a partir de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. El traje de flamenca había dado el salto a formar parte de la moda.
Con el tiempo, lo que fue vestimenta local se extendió como traje de Andalucía y, como casi todo lo que desde aquí echa a volar, este bello y alegre traje se identifica en el mundo como “traje español”. Al traje de flamenca sevillano- andaluz le pasa como al caballo arábigo-andaluz, al baile por sevillanas, al flamenco, al gazpacho, al vino de Jerez, a la copla andaluza, que la generosidad andaluza ha permitido que lo etiqueten como les ha venido en gana o les llamen como procedente de donde nunca fue. No hay japonesa, australiana, californiana que no vea en el traje de flamenca el icono de la estética femenina de España llamándole traje español.
Y es que de la misma forma, a pesar de que cada provincia de Andalucía tiene su propio traje típico local, es el traje de flamenca, también llamado “de gitana” el más utilizado y con el que se identifican más las mujeres andaluzas, de España y de la Humanidad que nos visita.
Si hubiera que definir brevemente al traje de flamenca (jamás “faralaes”), es que es el único traje regional de toda España que varia y evoluciona en función del tiempo y la moda. Es una vestimenta viva, cada año se renueva y se reinventa, se le añaden nuevos complementos y materiales y ya los hay para el día, la tarde o la noche.
Una hechura clásica del traje es el llamado "cuerpo de guitarra", que realza indudablemente la belleza de la mujer: escote de pico, redondo o cuadrado, según las épocas, pelo recogido en moño para dar esbeltez al cuello, traje ceñido que se abre en las caderas y los volantes que imprimen al andar un aire más femenino y alegre. El traje va acompañado de distintos e imprescindibles complementos:
- mantones o mantoncillos
- flores en el pelo
- pulseras
- zarcillos
- peinetas
- peinecillos
♦ OBJETIVOS
− Conjugar la artesanía del bordado y del traje de flamenca, recorriendo cada uno de los catorce municipios de la Comarca de Doñana y mostrando las similitudes y diferencias entre cada uno de ellos.
− Crear un punto de referencia en la moda flamenca, sobre todo en un entorno tan importante para la misma, Villamanrique, continua pasarela “inconsciente” durante la Romería del Rocío.
− Incentivar el intercambio de experiencias e ideas entre los artesanos de la Comarca.
− Rentabilizar el potencial endógeno para la diversificación de rentas de la población rural y también como reclamo turístico.
− Contribuir de manera importante a la economía local, al funcionar como atractivo turístico y, por tanto, a crear valor añadido en diversos sectores económicos, sobretodo en el sector servicios.
♦ DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD
Aprovechando la creación del Salón de Usos Múltiples, sito en la Dehesa Boyal (lugar donde se desarrollan los eventos) se pondrá a disposición de los artesanos un escenario con pasarela de considerables dimensiones en el interior de dicho auditorio, con lo que se cuenta con sonido e iluminación apropiados para dicha actividad.
Desde la página web de la Feria de Artesanía se establecerá una sección donde los artesanos especificaran sus necesidades y cargarán los archivos multimedia que necesiten reproducir durante el pase. Se exigirán unos ensayos previos mínimos, donde las modelos prevean posibles dificultades y dimensiones de la pasarela, para de esta forma evitar imprevistos de última hora.
Cada artesano dispondrá de camerinos propios y una zona de almacén, que deberán ser respetados para facilitar el trabajo del resto de compañeros, además se les ofrece la posibilidad de asesoramiento en coreografía, música y estética para los casos que así lo demanden, facilitando la participación general, tanto si tienen experiencia en pasarela como si no.